Ecos...

Ecos


Los rincones de la casa aún tienen
como un tesoro el eco de sus voces,
y ruido de sus pasos tan precoces,
del jardín a la alcoba los mantienen.

Esperando guardados en silencio,
anhelando escuchar la soñadora
nota, de la guitarra tan sonora,
hoy luce en abandono reverencio.

La ausencia nos lastima con grilletes,
soñando haber sembrado como trigo,
sus recuerdos en unos ramilletes.

Reflejan como prisma sus instantes,
al recordar, mi llanto no mitigo
muriendo al no tenerles como antes.

Atlantida