Anuncios
No hay anuncios disponibles.
Un pueblito sencillo
Página 1 de 1.
Un pueblito sencillo
Un pueblito sencillo
_Las maldiciones a veces son terribles_ Decía Misia María de los Dolores
La muertes se pasea por delante de las puertas; “si no rezan un Ave María la carne se le pudra.”
Las vecinas aterradas se la pasaban rezando y un inmenso cirio blanco ardía noche y día en cada casa.
Los campesinos volvían del campo aco-ngojados con sus historias de ánimas y luz mala era lo mismo que la máscara del diablo que animaba las fiestas.
Por la noche oían su voz reza que reza, mientras todos estaban sumergidos en sus culpas.
Y Dios porqué permitía semejante cosa y así con más fuerza rezaban
echándose las culpas del la huida del campo santo de las animas en penas, terrible condena esperando a donde iba a tocar la puerta y quien era el guapo que le abriera.
Ondulantes y terribles sobras dibujaban las ramas sobre las
paredes de las habitaciones, donde intentaba dormir la gente; murmuran sus
Así que el cura del pueblo cuando vio que los fieles no acudían a misa, puso el presentimientos en la casa para no ser oídos por Misia María grito en el cielo.
Nunca mejor dicho esa misma tarde se desató un gran torbellino de arena y ramitas.
El viento era tan fuerte que las puertas podían ceder en cualquier
momento; todavía crujían las paredes cuando el cura se presentó en casa de Misia María.
_No me jorobe señora a los fieles, déjeme hacer mi trabajo y le prometo una
procesión esplendorosa_
El viento hizo estragos se llevó las cosechas de todos y ni para las bestias quedó pastura y grano.
_Esto se fue de las manos del cura_
Dijo misia María: Ahora se verá quien sabe más de animas en este pueblo del diablo, ¿que carancho le tocó al cura conmigo?
Se apersonó el cura rápido como cuete, mientras los faldones de la sotana dejaban ver sus nudosas rodillas.
_Pero misia María ¿no le pedí que colaborara conmigo?_ ¡Fíjese que lío me montó
en todo el pueblo, si hasta los mismos santos se llevó el viento! …Como quiere que haga mi trabajo de sacerdote si usted me asusta a la gente con las animas;
pero ¿donde están esas benditas almas misia María?
_Detrás suyo padrecito_ ¡Ay la cara del cura Don Cirilo! Era un puema del Don José Hernández.
Mismito lo vieron salir del pueblo con el mismo Sulki con el que llegó hacía un año.
Se pusieron a ordenar cada cosa en su lugar, el grano que escondieron en unos viejos hangares olvidados por los ingleses, cuándo vinieron a poner viejos hangares olvidados por los ingleses, cuándo vinieron a poner las vías del tren que nunca pudo llegar al pueblo.
Del mismo lugar sacaron a las gallinas, los chanchos y alguna vaquita.
Para la iglesia llevaron los santitos bien compuestos y adornaditos .Todo quedó
como antes y más limpio, porque con tanto barullo se escaparon hasta las ratas.
¿Para qué queremos un cura? Aquí no hay lugar para curas, somos gente de campo,
acá se trabaja duro hasta que se pone el sol y no estamos para despellejar una gallina cada domingo, cuando ese don Cirilo se nos invita a nuestras pobres mesas
Siguieron con su rutina meses y meses, cada tanto se acordaban de la cara de Don Cirilo, cuando Misia María le dijo que detrás del cura estaban las ánimas
En las mateadas era tema de guasa y entre las señoras del pueblo era motivo de risas ,recordar las rodillas del cura bien pelonas y flacas.
Un día se fueron las risas y el tema ya no era motivo de alegrías, así que una comisión de pueblerinos, se presentó ante Misia María reclamándole la alegría que necesitaban.
La cosa era seria y no admitía esperas, lo de poner un cine nunca dio
resultado, preferían las emociones en directo, ningún Circo era capaz de llegar
tan lejos, más en el estado pésimo de la carretera.
Discutieron días y como la mujer del panadero estaba en cinta otra vez,
pensaron todos a la vez ¿Y porque no un nuevo cura? Ya habían perdido la cuenta
de cuantos pasaron por el pueblo, pero siempre dio resultado, así que no se
discutió más, traerían otra vez un cura.
Iniciaron los trámites necesarios, incluido el alcalde tuvo que viajar varias
leguas para presentar los papeles de los vecinos del pueblo, reclamando a un
cura para la pequeña iglesia. El Monseñor Cayetano, quedó asombrado de la fe de
esas gentes piadosas, siempre reclamando un sacerdote con tanta fe, si hasta
casa le tenían preparada al cura y una señora que cuidaría de la limpieza de
sus sotanas y su comida .
Le extrañó lo poco que duraban los curas que mandaba, pero sabía que los
jóvenes salían del
Seminario con muchos aires de grandeza, todos pensaba acabar siendo por lo
menos nuncios papales, esta pobre gente llena de fe siempre quedaban sin cura,
porque ahí se pudrían en el anonimato, sin la suerte de promocionarse para
parroquias más importantes.
Así que quedó tranquilo y satisfecho ¡tenía el cura apropiado! El padre Matías
trabajó en Roma como el ayudante de un gran Exorcista y quedó tan mal de los
nervios que estuvo en un psiquiátrico varios años, aún no le había encomendado
ninguna misión dada su delicadeza.
¡Nada como un pequeño pueblito de campo!
Nora Noemí Zeliz Pirillo-
©Noemí_Alas
Safe Creative: 0803040463077
04-mar-2008
_Las maldiciones a veces son terribles_ Decía Misia María de los Dolores
La muertes se pasea por delante de las puertas; “si no rezan un Ave María la carne se le pudra.”
Las vecinas aterradas se la pasaban rezando y un inmenso cirio blanco ardía noche y día en cada casa.
Los campesinos volvían del campo aco-ngojados con sus historias de ánimas y luz mala era lo mismo que la máscara del diablo que animaba las fiestas.
Por la noche oían su voz reza que reza, mientras todos estaban sumergidos en sus culpas.
Y Dios porqué permitía semejante cosa y así con más fuerza rezaban
echándose las culpas del la huida del campo santo de las animas en penas, terrible condena esperando a donde iba a tocar la puerta y quien era el guapo que le abriera.
Ondulantes y terribles sobras dibujaban las ramas sobre las
paredes de las habitaciones, donde intentaba dormir la gente; murmuran sus
Así que el cura del pueblo cuando vio que los fieles no acudían a misa, puso el presentimientos en la casa para no ser oídos por Misia María grito en el cielo.
Nunca mejor dicho esa misma tarde se desató un gran torbellino de arena y ramitas.
El viento era tan fuerte que las puertas podían ceder en cualquier
momento; todavía crujían las paredes cuando el cura se presentó en casa de Misia María.
_No me jorobe señora a los fieles, déjeme hacer mi trabajo y le prometo una
procesión esplendorosa_
El viento hizo estragos se llevó las cosechas de todos y ni para las bestias quedó pastura y grano.
_Esto se fue de las manos del cura_
Dijo misia María: Ahora se verá quien sabe más de animas en este pueblo del diablo, ¿que carancho le tocó al cura conmigo?
Se apersonó el cura rápido como cuete, mientras los faldones de la sotana dejaban ver sus nudosas rodillas.
_Pero misia María ¿no le pedí que colaborara conmigo?_ ¡Fíjese que lío me montó
en todo el pueblo, si hasta los mismos santos se llevó el viento! …Como quiere que haga mi trabajo de sacerdote si usted me asusta a la gente con las animas;
pero ¿donde están esas benditas almas misia María?
_Detrás suyo padrecito_ ¡Ay la cara del cura Don Cirilo! Era un puema del Don José Hernández.
Mismito lo vieron salir del pueblo con el mismo Sulki con el que llegó hacía un año.
Se pusieron a ordenar cada cosa en su lugar, el grano que escondieron en unos viejos hangares olvidados por los ingleses, cuándo vinieron a poner viejos hangares olvidados por los ingleses, cuándo vinieron a poner las vías del tren que nunca pudo llegar al pueblo.
Del mismo lugar sacaron a las gallinas, los chanchos y alguna vaquita.
Para la iglesia llevaron los santitos bien compuestos y adornaditos .Todo quedó
como antes y más limpio, porque con tanto barullo se escaparon hasta las ratas.
¿Para qué queremos un cura? Aquí no hay lugar para curas, somos gente de campo,
acá se trabaja duro hasta que se pone el sol y no estamos para despellejar una gallina cada domingo, cuando ese don Cirilo se nos invita a nuestras pobres mesas
Siguieron con su rutina meses y meses, cada tanto se acordaban de la cara de Don Cirilo, cuando Misia María le dijo que detrás del cura estaban las ánimas
En las mateadas era tema de guasa y entre las señoras del pueblo era motivo de risas ,recordar las rodillas del cura bien pelonas y flacas.
Un día se fueron las risas y el tema ya no era motivo de alegrías, así que una comisión de pueblerinos, se presentó ante Misia María reclamándole la alegría que necesitaban.
La cosa era seria y no admitía esperas, lo de poner un cine nunca dio
resultado, preferían las emociones en directo, ningún Circo era capaz de llegar
tan lejos, más en el estado pésimo de la carretera.
Discutieron días y como la mujer del panadero estaba en cinta otra vez,
pensaron todos a la vez ¿Y porque no un nuevo cura? Ya habían perdido la cuenta
de cuantos pasaron por el pueblo, pero siempre dio resultado, así que no se
discutió más, traerían otra vez un cura.
Iniciaron los trámites necesarios, incluido el alcalde tuvo que viajar varias
leguas para presentar los papeles de los vecinos del pueblo, reclamando a un
cura para la pequeña iglesia. El Monseñor Cayetano, quedó asombrado de la fe de
esas gentes piadosas, siempre reclamando un sacerdote con tanta fe, si hasta
casa le tenían preparada al cura y una señora que cuidaría de la limpieza de
sus sotanas y su comida .
Le extrañó lo poco que duraban los curas que mandaba, pero sabía que los
jóvenes salían del
Seminario con muchos aires de grandeza, todos pensaba acabar siendo por lo
menos nuncios papales, esta pobre gente llena de fe siempre quedaban sin cura,
porque ahí se pudrían en el anonimato, sin la suerte de promocionarse para
parroquias más importantes.
Así que quedó tranquilo y satisfecho ¡tenía el cura apropiado! El padre Matías
trabajó en Roma como el ayudante de un gran Exorcista y quedó tan mal de los
nervios que estuvo en un psiquiátrico varios años, aún no le había encomendado
ninguna misión dada su delicadeza.
¡Nada como un pequeño pueblito de campo!
Nora Noemí Zeliz Pirillo-
©Noemí_Alas
Safe Creative: 0803040463077
04-mar-2008
Invitado- Invitado
Re: Un pueblito sencillo
Interesante relato... que ira del pobre padre Matias con esa Misia Maria y sus cuentos de las animas??
atlantida (Eugenia)- Forero Constante
- Mensajes : 488
Fecha de inscripción : 06/08/2012
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.