Anuncios
No hay anuncios disponibles.
Quince poemas
4 participantes
Página 1 de 1.
Quince poemas
Se levantó tranquilo, era una mañana templada, sin viento. El reloj marcaba las diez, de un domingo apacible.
El sol estaba casi a pleno, desayunó frugalmente.
Saludó a su esposa que, recién despierta, le sonreía, comprendiendo su partida.
Subió al auto, y al revés de los días comunes, hoy... No encendió la radio.
Hoy, después de dos años de haberla perdido,
volvió a visitar sus restos. Se llegó hasta su tumba.
Una edificación blanca inmensa, con muchas puertas y ventanas, estaba frente a él.
El lugar estaba rodeado de jardines. La puerta de hierro, apenas entornada, dejaba pasar el frío interior, caminó hacia la escalera, casi en penumbras, puso su mano en la baranda y se dejó llevar. Ya en el primer piso, miró a ambos lados, la galería estaba desierta, buscó su nombre, sin dejar de sorprenderse, porque no creyendo aún, ver su nombre en la placa de bronce. Esto golpeaba en su cerebro, impidiendo otros pensamientos.
Con firme determinación, se sentó cerca, sobre una lona, en el suelo frío, buscó las biromes, sus notas, sus apuntes y por un rato quedó en silencio. Luego buscó entre las hojas, sólo sus escritos. También tenía encima algunos dibujos.
A pesar que la mente, le dice la posibilidad, de que no esté escuchándolo, poco le importaron su cavilaciones racionales y una a una fueron pasando las páginas por sus dedos, leyendo los versos en voz baja y lenta.
La soledad del lugar, dejaba notar una paz profunda. El sector estaba iluminado sólo con la luz de la ventana. No se veía cuidador alguno.
En varias ocasiones debió pausar su lectura debido al llanto ahogado. Esta sería la segunda vez. Recordó después, haberlo hecho mientras seguía el cortejo. Es difícil, cómo no serlo, cuando se trató de un ser tan especial como Ella.
Quedó atrapada en un camino injusto. Recordó su mirada aceptando su destino con resignación. Valiente en su actitud, a pesar de su dura y breve enfermedad.
Concluida la lectura, se paró lentamente, acomodo sus cosas en el morral, se besó la yema de los dedos de la mano y luego tocó su lápida, a modo de despedida. Regresó sobre sus pasos, hasta la escalera, bajó uno a uno los interminables escalones blancos.
Así pasó, una mañana de lectura en el camposanto.
Quince poemas para decirle Adiós.
Autor: Miguel Àngel Acuña
Re: Quince poemas
Buenas noches Miguel, un relato muy apropiado para ese día que se aproxima recordando nuestros seres queridos.
Gracias por sus letras y le espero en más ocasiones para disfrutar y reflexionar con sus escritos.
Un saludo.
Gracias por sus letras y le espero en más ocasiones para disfrutar y reflexionar con sus escritos.
Un saludo.
CECILIA CODINA MASACHS- Moderador
- Mensajes : 8058
Fecha de inscripción : 17/08/2012
Edad : 73
Localización : Valencia-España
Re: Quince poemas
Qué mejor modo de despedirse de alguien querido que con la lectura de unos poemas...
Un placer haber disfrutado de la lectura de tan hermoso y sentido relato.
Un fraternal abrazo
Roberto
Un placer haber disfrutado de la lectura de tan hermoso y sentido relato.
Un fraternal abrazo
Roberto
Roberto santamaría martín- Moderador
- Mensajes : 556
Fecha de inscripción : 25/11/2014
Re: Quince poemas
Este relato Viento Azul, me costó unas lágrimas...
Y no pude comentarlo.
Hoy te hago llegar mis aplausos y lo comparto.
Buen fin de semana.
Y no pude comentarlo.
Hoy te hago llegar mis aplausos y lo comparto.
Buen fin de semana.
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.