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EL PODER DEL AMOR
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EL PODER DEL AMOR
EL PODER DEL AMOR
Había una niña llamada Luz, que deseaba hacer el bien a cuantas personas
pudiese.
Pero su abuela, de carácter fuerte, le molestaba que su nieta hiciese cosas que la
pusieran en peligro.
Un día de pleno invierno, Luz se encontró un mendigo durmiendo en el banco de la
Plaza Mayor del pueblo. Se acercó sigilosamente y con suavidad, lo despertó.
Quedó sorprendida al reconocer que era su propio padre, aquel que dormía como
un mero vagabundo.Luz, no pensó otra cosa que contarle a la buela tal
desagradable hallazgo.
-¡He encontrado a papá durmiendo en un banco de la plaza!
-¡Calla embustera, tu padre está en la fábrica trabajando!-le gritó la abuela
-¡No, no, insistió la niña!- papá está allí, ven conmigo para llevarlo a casa.
-La abuela enfurecida, tomó por la trenza a su nieta, tirándola con cierta irá, ante
aquella insinuación. No soportaba la idea que su propio hijo estuviese en aquella
situación-
Llegaron al banco donde dormía y la abuela, levantó airada los periódicos y
cartones que cubrían el cuerpo delgado de aquel hombre, que ambas suponían que
era el hombre de la casa. La abuela, no tardó en darse cuenta de la dolorosa
realidad , y sin mediar palabra, sacudió bruscamente aquel caquético cuerpo,
obligándole a levantarse ante la paliza prodigada y él con cara espantado replicó:
- ¿Pero qué haces mamá?
La abuela desenfrenada por la ira, tan sólo le gritaba, dirigiéndose a su nieta:
-¿Has visto, has visto? tu padre es un inconsciente, aún se atreve a preguntar qué
hago.
La niña, se abrazó con ternura a su padre y llorando, procuraba que con su
cuerpecito no llegarán los golpes de la abuela a su papá, él a todo trance, quería
separarla de su cuerpo para que no fuese lastimada.
Por fin, llegaron a su casa, la abuela indignada iba recitando letanías lastimosas
contra su propio hijo.
El padre, no levantaba los ojos, estaba derrotado, aún más anonedado por
las graves palabras de su madre.
Entre tanto, Luz pensaba –Menos mal que lo encontré yo, si llegan a venir los
Agentes del Orden, me lo llevan preso por indigente.
Al día siguiente, estando los tres en la mesa, el padre mirando a su madre con ojos
afilados como espadas, abrió la boca para recordar lo que le había llevado a esa
situación.
-Mira mamá, tú no te das cuenta que Mirian hace tres meses que está en el cielo, yo
sin trabajo y tú, siempre gobernando nuestras vidas. Pues esto se acabó, tu
dominio sobre nosotros nos ha hecho siempre infelices y no deseo que mi niña se
avergüence de su padre.
¡Ea, ya no serás más nuestro guardián!
Se levantó el padre de la mesa, tomó una maleta vieja y puso lo mecesario para los dos.
-¿Papá a donde vamos? preguntó la niña sorprendida. Él la tomó en brazos y con
la alegría que da la libertad, entre risas y lágrimas, añadió -¡Nena, vamos a ser
felices! acuérdate siempre que para ser feliz, hay que saber amar.
A Luz, nunca se le olvidó esa bella enseñanza de su padre y en el lecho de la
muerte, medio balbuceando intentó decirle algo, ese algo, no era otra cosa que
decirle: ¿Nena, eres feliz?, si eres feliz, es que has aprendido a amar.
Autor Sor.Cecilia Codina Masachs
Había una niña llamada Luz, que deseaba hacer el bien a cuantas personas
pudiese.
Pero su abuela, de carácter fuerte, le molestaba que su nieta hiciese cosas que la
pusieran en peligro.
Un día de pleno invierno, Luz se encontró un mendigo durmiendo en el banco de la
Plaza Mayor del pueblo. Se acercó sigilosamente y con suavidad, lo despertó.
Quedó sorprendida al reconocer que era su propio padre, aquel que dormía como
un mero vagabundo.Luz, no pensó otra cosa que contarle a la buela tal
desagradable hallazgo.
-¡He encontrado a papá durmiendo en un banco de la plaza!
-¡Calla embustera, tu padre está en la fábrica trabajando!-le gritó la abuela
-¡No, no, insistió la niña!- papá está allí, ven conmigo para llevarlo a casa.
-La abuela enfurecida, tomó por la trenza a su nieta, tirándola con cierta irá, ante
aquella insinuación. No soportaba la idea que su propio hijo estuviese en aquella
situación-
Llegaron al banco donde dormía y la abuela, levantó airada los periódicos y
cartones que cubrían el cuerpo delgado de aquel hombre, que ambas suponían que
era el hombre de la casa. La abuela, no tardó en darse cuenta de la dolorosa
realidad , y sin mediar palabra, sacudió bruscamente aquel caquético cuerpo,
obligándole a levantarse ante la paliza prodigada y él con cara espantado replicó:
- ¿Pero qué haces mamá?
La abuela desenfrenada por la ira, tan sólo le gritaba, dirigiéndose a su nieta:
-¿Has visto, has visto? tu padre es un inconsciente, aún se atreve a preguntar qué
hago.
La niña, se abrazó con ternura a su padre y llorando, procuraba que con su
cuerpecito no llegarán los golpes de la abuela a su papá, él a todo trance, quería
separarla de su cuerpo para que no fuese lastimada.
Por fin, llegaron a su casa, la abuela indignada iba recitando letanías lastimosas
contra su propio hijo.
El padre, no levantaba los ojos, estaba derrotado, aún más anonedado por
las graves palabras de su madre.
Entre tanto, Luz pensaba –Menos mal que lo encontré yo, si llegan a venir los
Agentes del Orden, me lo llevan preso por indigente.
Al día siguiente, estando los tres en la mesa, el padre mirando a su madre con ojos
afilados como espadas, abrió la boca para recordar lo que le había llevado a esa
situación.
-Mira mamá, tú no te das cuenta que Mirian hace tres meses que está en el cielo, yo
sin trabajo y tú, siempre gobernando nuestras vidas. Pues esto se acabó, tu
dominio sobre nosotros nos ha hecho siempre infelices y no deseo que mi niña se
avergüence de su padre.
¡Ea, ya no serás más nuestro guardián!
Se levantó el padre de la mesa, tomó una maleta vieja y puso lo mecesario para los dos.
-¿Papá a donde vamos? preguntó la niña sorprendida. Él la tomó en brazos y con
la alegría que da la libertad, entre risas y lágrimas, añadió -¡Nena, vamos a ser
felices! acuérdate siempre que para ser feliz, hay que saber amar.
A Luz, nunca se le olvidó esa bella enseñanza de su padre y en el lecho de la
muerte, medio balbuceando intentó decirle algo, ese algo, no era otra cosa que
decirle: ¿Nena, eres feliz?, si eres feliz, es que has aprendido a amar.
Autor Sor.Cecilia Codina Masachs
CECILIA CODINA MASACHS- Moderador
- Mensajes : 8058
Fecha de inscripción : 17/08/2012
Edad : 72
Localización : Valencia-España
Re: EL PODER DEL AMOR
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Hermosa historia, es muy grato visitarte.
Hermosa historia, es muy grato visitarte.
atlantida (Eugenia)- Forero Constante
- Mensajes : 488
Fecha de inscripción : 06/08/2012
Re: EL PODER DEL AMOR
Gracias, me alegro que te guste.
CECILIA CODINA MASACHS- Moderador
- Mensajes : 8058
Fecha de inscripción : 17/08/2012
Edad : 72
Localización : Valencia-España
Re: EL PODER DEL AMOR
Mi querida Sor cecilia:
Siempre digo que la vida es atreverse,
si lo haces puedes con todo.
Bellisimas letras amiga mia,
muy bien logrado sonetillo que me encanto,
Que siga creciendo esa pluma y esa musa,
para poder seguir disfrutando de buenas letras.
Mi abrazo hasta ti llenito de Bendiciones.
Amalia
Siempre digo que la vida es atreverse,
si lo haces puedes con todo.
Bellisimas letras amiga mia,
muy bien logrado sonetillo que me encanto,
Que siga creciendo esa pluma y esa musa,
para poder seguir disfrutando de buenas letras.
Mi abrazo hasta ti llenito de Bendiciones.
Amalia
Re: EL PODER DEL AMOR
Qué hermosa historia de amor. Todo un placer leerte.
abrazo de luz y bendiciones:D
abrazo de luz y bendiciones:D
Susuru- Forero Habitual
- Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 05/08/2012
Re: EL PODER DEL AMOR
Muchas gracias Susuru, el amor es muy poderoso
Un abrazo
Sor.Cecilia
Un abrazo
Sor.Cecilia
CECILIA CODINA MASACHS- Moderador
- Mensajes : 8058
Fecha de inscripción : 17/08/2012
Edad : 72
Localización : Valencia-España
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