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Asilenciado... __Autor: J. FORTUNATO
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Asilenciado... __Autor: J. FORTUNATO
Asil
Asilenciado...
__Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
Por esa ausencia habitada que observa
de reojo el alma del eco acostumbrado
a no hacerle demasiado caso intentando
profundizar un poco en el misterio que
seguramente iría suavizándose cuando
tomó asiento en el automóvil... Acordándose
de su aventura matinal en aquel lugar solitario
dónde ni siquiera manifestó curiosidad por
saber su nombre.
Se detuvo frente al árbol y siguió con la mirada
la sombra de las hojas en la noche iluminada
en la luna herida con una expresión de perplejidad
fuera de su alcance en la copa del rumor enarbolado.
Y las imágenes de un sueño terrible vinieron a ocupar
la memoria en la casa cubierta de madreselvas y de
bugambilias en un alud de murmullos y telarañas
que dos años antes tuvo... Empezó a retroceder tras
formandose entre escamas que se agigantan y cobran
vida aladas en su espalda, en un túnel cada vez más
húmedo del miedo puro con su cintura en las mandíbulas
de lagartos y las muñecas agusanadas.
Luego, desplegó sus enormes alas sin poder escapar.
Entre tanto, nunca inventó la historia de reptil que llevaba
y fingiendo asombro en la fábrica de venenos, caminaba y
todo su nerviosismo se esfumó al llegar al mercado,
montado en un caballo...
Estuvo a punto de salir nadando, soñándose calamar pero
no le importaba por el sonido de las suelas y el sabor
de unas bolas de arroz sabía que debía descubrir la forma
de eliminar la confrontación amistosa sin sostener un diálogo
efectivo consigo mismo en las otras realidades.
Aquella fué una primavera reseca y deslumbrante seguro de
tener el poder de purificar el aire escondido donde resbalaban
las interrogantes inútiles por las respuestas imposibles...
Imposibles y encendiéndole el aliento, y cambiándole
en otoño gris el cuerpo escamoso.
Representaba cuarenta y siete años aunque en realidad
sólo tenía sesenta y cinco en su avejentamiento de siete
años en las hendiduras resanadas del grabado en la
madera carcomida.
Suspendido en las leyes naturales de cuatro patas
pasaba de cazador a presa hundido el rostro y de
lado opuesto una ventana reflejaba baja estatura
el cuello abultado en el cielo que permitía ver
brillar su piel escamosa en la obscuridad del paraje.
Estos detalles son conocidos por las nítidas descripciones
en una narración privada de un amigo de la infancia después
de sorprenderlo trepando desde el fondo de una pequeña
laguna, hasta el tronco en que flotaba...
Las marcas de este retorcimiento viscoso y veloz nunca
fueron bien vistas entre las correcciones satisfactoriamente
realizadas en la historieta...
Cerró la revista... Ésta cayó desapareciendo en la obscuridad
y sin intentar buscarla siguió la marcha...
Quedando solo el recuerdo del eco al perderse en el aire...
enciado...
__Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
Por esa ausencia habitada que observa
de reojo el alma del eco acostumbrado
a no hacerle demasiado caso intentando
profundizar un poco en el misterio que
seguramente iría suavizándose cuando
tomó asiento en el automóvil... Acordándose
de su aventura matinal en aquel lugar solitario
dónde ni siquiera manifestó curiosidad por
saber su nombre.
Se detuvo frente al árbol y siguió con la mirada
la sombra de las hojas en la noche iluminada
en la luna herida con una expresión de perplejidad
fuera de su alcance en la copa del rumor enarbolado.
Y las imágenes de un sueño terrible vinieron a ocupar
la memoria en la casa cubierta de madreselvas y de
bugambilias en un alud de murmullos y telarañas
que dos años antes tuvo... Empezó a retroceder tras
formandose entre escamas que se agigantan y cobran
vida aladas en su espalda, en un túnel cada vez más
húmedo del miedo puro con su cintura en las mandíbulas
de lagartos y las muñecas agusanadas.
Luego, desplegó sus enormes alas sin poder escapar.
Entre tanto, nunca inventó la historia de reptil que llevaba
y fingiendo asombro en la fábrica de venenos, caminaba y
todo su nerviosismo se esfumó al llegar al mercado,
montado en un caballo...
Estuvo a punto de salir nadando, soñándose calamar pero
no le importaba por el sonido de las suelas y el sabor
de unas bolas de arroz sabía que debía descubrir la forma
de eliminar la confrontación amistosa sin sostener un diálogo
efectivo consigo mismo en las otras realidades.
Aquella fué una primavera reseca y deslumbrante seguro de
tener el poder de purificar el aire escondido donde resbalaban
las interrogantes inútiles por las respuestas imposibles...
Imposibles y encendiéndole el aliento, y cambiándole
en otoño gris el cuerpo escamoso.
Representaba cuarenta y siete años aunque en realidad
sólo tenía sesenta y cinco en su avejentamiento de siete
años en las hendiduras resanadas del grabado en la
madera carcomida.
Suspendido en las leyes naturales de cuatro patas
pasaba de cazador a presa hundido el rostro y de
lado opuesto una ventana reflejaba baja estatura
el cuello abultado en el cielo que permitía ver
brillar su piel escamosa en la obscuridad del paraje.
Estos detalles son conocidos por las nítidas descripciones
en una narración privada de un amigo de la infancia después
de sorprenderlo trepando desde el fondo de una pequeña
laguna, hasta el tronco en que flotaba...
Las marcas de este retorcimiento viscoso y veloz nunca
fueron bien vistas entre las correcciones satisfactoriamente
realizadas en la historieta...
Cerró la revista... Ésta cayó desapareciendo en la obscuridad
y sin intentar buscarla siguió la marcha...
Quedando solo el recuerdo del eco al perderse en el aire...
FORTUNATO- Forero Constante
- Mensajes : 1350
Fecha de inscripción : 26/10/2012
Re: Asilenciado... __Autor: J. FORTUNATO
Estimado amigo Fortunato:
UN CUENTO QUE SE LAS TRAE!!!
Gracias J. Fortunato por tu colaboración para con el Foro!!!
Un saludo cordial
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UN CUENTO QUE SE LAS TRAE!!!
Gracias J. Fortunato por tu colaboración para con el Foro!!!
Un saludo cordial
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