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SOMBRAS DE LA CHINA
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SOMBRAS DE LA CHINA
17 horas de un domingo de mayo.
Camino por Costa Rica, Honduras, Nicaragua a paso tranquilo por un espacio que
invita al recorrido de un sitio en que el encanto de un sueño de verano me dejó
embelesada.
La plaza de Palermo Viejo.
Arboleda frondosa con follaje verdoso a pesar del otoño coloreando de ocres y
amarillos el paisaje. El sol cae.
Sigo un sendero no preciso. Llevo un libro de Juan Gelman, dispuesta a
continuar su lectura sentada en un banco de cemento para disfrutar la compañía
de las palabras y el contacto con la naturaleza. Un chico juega con un balero.
Una niñita pasea a su muñeca.
Me intriga la presencia de un hombre deambulando. Cabellos canosos, espalda
encorvada, piel arrugada, campera gruesa de color canela con muchos inviernos a
cuestas.
Habla solo. Sus ojos miran sin mirar, pero a la vez buscan algo. ¿Qué? Una
piedra, un recuerdo, una historia, un viejo amor. No lo sé.
Se sienta muy cerca de dónde estoy. Lo escucho tararear con dificultad una
melodía conocida. Al mismo tiempo, más perturbado que inquieto, se desliza
buscando su propia sombra.
Con un andar cansino y cojeando se traslada debajo del añoso pino plateado.
Juega con sus dos manos sin abandonar el tarareo, de ese tema que conocí
cantado por Serrat.
Cierro el libro. Apoyo mi barbilla en la mano y atrapada en mi memoria
visualizo una imagen de una tarde de práctica en el Borda. Mis pensamientos
vuelan hacia otros instantes, otros recorridos, otra ruta. La música se hace
presente. Todo se asocia y se magnifica: el hoy enganchado al ayer donde moraba
el desencanto para llegar a la risa de un alegre mañana.
El sol se esconde haciéndole un guiño a la redonda luna gitana que convoca a la
pasión, al fuego interior con irreverente compasión .para luego marcharse.
Me acerco al desconocido. Acompaño con mi canto susurrante su misma melodía
hasta arrancar una sonrisa de sus labios agrietados y escuchar su ronca voz
teñida de nostalgia:
SUSANA RUGGIERO
DERECHOS RESERVADOS
publicado en mi libro TRIO VIVO.
visitame en [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Camino por Costa Rica, Honduras, Nicaragua a paso tranquilo por un espacio que
invita al recorrido de un sitio en que el encanto de un sueño de verano me dejó
embelesada.
La plaza de Palermo Viejo.
Arboleda frondosa con follaje verdoso a pesar del otoño coloreando de ocres y
amarillos el paisaje. El sol cae.
Sigo un sendero no preciso. Llevo un libro de Juan Gelman, dispuesta a
continuar su lectura sentada en un banco de cemento para disfrutar la compañía
de las palabras y el contacto con la naturaleza. Un chico juega con un balero.
Una niñita pasea a su muñeca.
Me intriga la presencia de un hombre deambulando. Cabellos canosos, espalda
encorvada, piel arrugada, campera gruesa de color canela con muchos inviernos a
cuestas.
Habla solo. Sus ojos miran sin mirar, pero a la vez buscan algo. ¿Qué? Una
piedra, un recuerdo, una historia, un viejo amor. No lo sé.
Se sienta muy cerca de dónde estoy. Lo escucho tararear con dificultad una
melodía conocida. Al mismo tiempo, más perturbado que inquieto, se desliza
buscando su propia sombra.
Con un andar cansino y cojeando se traslada debajo del añoso pino plateado.
Juega con sus dos manos sin abandonar el tarareo, de ese tema que conocí
cantado por Serrat.
Cierro el libro. Apoyo mi barbilla en la mano y atrapada en mi memoria
visualizo una imagen de una tarde de práctica en el Borda. Mis pensamientos
vuelan hacia otros instantes, otros recorridos, otra ruta. La música se hace
presente. Todo se asocia y se magnifica: el hoy enganchado al ayer donde moraba
el desencanto para llegar a la risa de un alegre mañana.
El sol se esconde haciéndole un guiño a la redonda luna gitana que convoca a la
pasión, al fuego interior con irreverente compasión .para luego marcharse.
Me acerco al desconocido. Acompaño con mi canto susurrante su misma melodía
hasta arrancar una sonrisa de sus labios agrietados y escuchar su ronca voz
teñida de nostalgia:
El hombre vino del mar.
Piel oscura, ojos pequeños,
las manos llenas de sombras,
las sombras llenas de sueños.
Y a cambio de una cerveza,
por la noche, en la cantina,
con exótica destreza,
regalaba sombras,
sombras de la China.
...................................
Juan M. Serrat
Piel oscura, ojos pequeños,
las manos llenas de sombras,
las sombras llenas de sueños.
Y a cambio de una cerveza,
por la noche, en la cantina,
con exótica destreza,
regalaba sombras,
sombras de la China.
...................................
Juan M. Serrat
SUSANA RUGGIERO
DERECHOS RESERVADOS
publicado en mi libro TRIO VIVO.
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Susuru- Forero Habitual
- Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 05/08/2012
Re: SOMBRAS DE LA CHINA
Estimada Susuru:
Me has sorprendido con un Cuento maravilloso.
Estoy feliz que exista siempre una luz que ilumine tu camino
y el de todas las personas que te rodean.
Para por siempre esparcir e irradiar esa fuerza,
optimismo y alegría que solo tú sabes
transmitir a los demás.
Felicitaciones.
Me hace sentir menos frío , estas palabras!
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Me has sorprendido con un Cuento maravilloso.
Estoy feliz que exista siempre una luz que ilumine tu camino
y el de todas las personas que te rodean.
Para por siempre esparcir e irradiar esa fuerza,
optimismo y alegría que solo tú sabes
transmitir a los demás.
Felicitaciones.
Me hace sentir menos frío , estas palabras!
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Re: SOMBRAS DE LA CHINA
La administración Poética deja este CUENTO
como CANDIDATO A DESTACADO DE JUNIO.
FELICITACIONES.
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como CANDIDATO A DESTACADO DE JUNIO.
FELICITACIONES.
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Re: SOMBRAS DE LA CHINA
Qué generosa que sos Amalia,en tus comentarios para conmigo.
A mí me ponen contenta, me estimulan y me animan a continuar
escribiendo historias de la vida cotidiana.
Por aquí también mucho frío, y debo salir a hacer unas compras para la cena.
Abrazo con caricias para el alma.
A mí me ponen contenta, me estimulan y me animan a continuar
escribiendo historias de la vida cotidiana.
Por aquí también mucho frío, y debo salir a hacer unas compras para la cena.
Abrazo con caricias para el alma.
Susuru- Forero Habitual
- Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 05/08/2012
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