ENTRE NOSOTROS

por **francisca** Miér Jul 24, 2013 5:42 pm

Contra un mar de viento
corría el niño…
¡sus ojitos llenos de horizonte!

A la velocidad de su carrera,
¡se cayó…!

Con las manos y rodillas
rasponeadas,
llorando,
se levantó.

El sol reía un punto
al borde de sus lágrimas.

¡Qué enternecedor verle,
desde el celeste,
zafarse del dolor!
Gritando.
Reclamando a nadie
su primera decepción.

Como dijeron por allí:
“amado sea el niño
que cae y aún llora”
y tiene la esperanza de vivir
y ser alguien mejor .

El dolor pronto se olvida.
Como el niño,
nos levantaremos llorosos
mirando en la lejanía
radiar,
prometedor el sol…!

Sin tiempo para lágrimas,
no veremos el raspetón;
que las heridas cicatrizan solas,
y cada segundo, es precioso,
como para detenerse a saborear
el acíbar de un amargor.

Mientras la luz huye de la tarde,
aún dolidos, seguiremos
¡hacia el porvenir…!

¡Oleadas de viento rozan mi cara!
¡Ja!
es increíble cómo,
a pesar del dolor,
el universo,
¡canta conmigo todo…!

¡Bendita disparidad!
en que la pequeña
busca al alto,
el triste a la contenta
y la que va con muletas
al que le sobra la ilusión…!

¡Qué bueno sentirse así!
e irse para siempre
rumbo al sol;
llevando empuñado,
dentro nuestro,
la dulce certeza del amor…!