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Kumelen de Bermejo
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Kumelen de Bermejo
Kumelen de Bermejo
Sus padres trabajaban dieciséis horas diarias, para que ella pudiese tener estudios y acceder a la Universidad de los blancos.
Sus notas fueron excelentes y no hubo razón para pensar que, jamás sería admitida por ser aborigen .Su inteligencia era muy alta, su conocimiento de cultura general y matemáticas, ciencias y una larga lista de conocimientos, que acumuló en sus largas soledades, eran una garantía.
Aprobó con notas altas y consiguió una beca de estudios para la capital federal .Se salvó de compartir con las muchachas del pueblo, que nunca la saludaron.
Su padre pidió unos días en su trabajo y como nunca tuvo vacaciones, le dejaron ir en paz.
Ella nunca había viajado en tren, mirar por la ventanilla era hipnótico y el sonido de la marcha del tren era embriagador.
_Todo era nuevo y el tiempo no pudo ser más hermoso_
Cuando llegaron a la capital, tuvo pánico y una mezcla de vértigo por ver más, mucho más. Fueron a la pensión de señoritas de San Telmo, vio su cuarto y le gustó mucho, claro era compartido, pero le dio lo mismo.
Acomodó sus escasas ropitas y salieron a comer, caminaron con miedo de alejarse y perderse en esa inmensa marea de gente, no se separaban por ninguna razón.
Vieron comida de blancos ¡Pizza! Por fin probarían ese plato, no se arrepintieron, era delicioso y crujiente y con hambre…
Al otro día se presentaron ante la secretaría, estaba en la Universidad de Medicina, miró solemne la fachada y apretó contra su pecho, su currículun, recomendaciones, beca y subio las escaleras con paso decidido.
Pasó mucho tiempo hasta que los hicieran pasar, una señora muy amable revisó cada papel y leyó la carta de recomendación del Alcalde de su pueblo.
_Todo en orden señores_
Se puso de pie y les estrechó la mano, le proveyeron del programa y de todo el material que necesitaría.
Se abrazó a su padre y lloró de emoción, su padre dejó escapar unas lágrimas; su hija sería Médico.
Se quedó con su hija unos días para aprender el camino de ida y vuelta, lugares que podían ser de interés, bibliotecas y por qué no,…un cine.
Cuando subió al tren su padre; algo se rompió dentro. El ruido de tanta gente tapó su voz, pero por esa esencia de su rama aborigen, supo que no lo vería más.
El curso fue fácil para ella, la convivencia, no.
Recibía carta una vez al mes, reconoció la letra de su antigua maestra, sus padres eran analfabetos.
Su único alivio era estudiar, para no pensar y aunque necesitaba escapar y volver a su selva, aguantó.
Un día se cruzó con un joven apuesto y él la saludó, ella respondió con un asentimiento de cabeza, pero su corazón la ahogaba.
Pasaron muchos días hasta volver a verlo, el se acercó y sin pedir permiso se sentó a su lado.
_ Vos estás solita siempre te veo sola, dónde vivís_
Ella guardo silencio, el pidió perdón, le dio la mano y se presentó,…me llamo Carlos Avengoechea, encantado de conocerte. Su mano era grande y más suave que la de ella.
_Me llamo Kumelen _
(…) Que nombre tan bonito, Kumelen.y de ¿dónde sos? (…)
De Formosa del Bermejo y no necesitás ser amable, sólo soy wichi
_¿Algo así como indios?._Si respondió Kumelen _
Bueno pues, tendrás cosas más importantes que acompañar a una india Wichi, tengo que seguir con mis tareas.
Oh, perfecto,… ¿en qué casa servís?
No hubo respuesta, ella salió corriendo y se perdió entre la gente.
Era en vano, todo era estúpido, volvería a su pueblo, sintió rabia, angustia ese blanco la había alterado, ya no tendría paz.
Continuará…
Nora Noemí Zeliz Pirillo
Noemí_Alas
Sus padres trabajaban dieciséis horas diarias, para que ella pudiese tener estudios y acceder a la Universidad de los blancos.
Sus notas fueron excelentes y no hubo razón para pensar que, jamás sería admitida por ser aborigen .Su inteligencia era muy alta, su conocimiento de cultura general y matemáticas, ciencias y una larga lista de conocimientos, que acumuló en sus largas soledades, eran una garantía.
Aprobó con notas altas y consiguió una beca de estudios para la capital federal .Se salvó de compartir con las muchachas del pueblo, que nunca la saludaron.
Su padre pidió unos días en su trabajo y como nunca tuvo vacaciones, le dejaron ir en paz.
Ella nunca había viajado en tren, mirar por la ventanilla era hipnótico y el sonido de la marcha del tren era embriagador.
_Todo era nuevo y el tiempo no pudo ser más hermoso_
Cuando llegaron a la capital, tuvo pánico y una mezcla de vértigo por ver más, mucho más. Fueron a la pensión de señoritas de San Telmo, vio su cuarto y le gustó mucho, claro era compartido, pero le dio lo mismo.
Acomodó sus escasas ropitas y salieron a comer, caminaron con miedo de alejarse y perderse en esa inmensa marea de gente, no se separaban por ninguna razón.
Vieron comida de blancos ¡Pizza! Por fin probarían ese plato, no se arrepintieron, era delicioso y crujiente y con hambre…
Al otro día se presentaron ante la secretaría, estaba en la Universidad de Medicina, miró solemne la fachada y apretó contra su pecho, su currículun, recomendaciones, beca y subio las escaleras con paso decidido.
Pasó mucho tiempo hasta que los hicieran pasar, una señora muy amable revisó cada papel y leyó la carta de recomendación del Alcalde de su pueblo.
_Todo en orden señores_
Se puso de pie y les estrechó la mano, le proveyeron del programa y de todo el material que necesitaría.
Se abrazó a su padre y lloró de emoción, su padre dejó escapar unas lágrimas; su hija sería Médico.
Se quedó con su hija unos días para aprender el camino de ida y vuelta, lugares que podían ser de interés, bibliotecas y por qué no,…un cine.
Cuando subió al tren su padre; algo se rompió dentro. El ruido de tanta gente tapó su voz, pero por esa esencia de su rama aborigen, supo que no lo vería más.
El curso fue fácil para ella, la convivencia, no.
Recibía carta una vez al mes, reconoció la letra de su antigua maestra, sus padres eran analfabetos.
Su único alivio era estudiar, para no pensar y aunque necesitaba escapar y volver a su selva, aguantó.
Un día se cruzó con un joven apuesto y él la saludó, ella respondió con un asentimiento de cabeza, pero su corazón la ahogaba.
Pasaron muchos días hasta volver a verlo, el se acercó y sin pedir permiso se sentó a su lado.
_ Vos estás solita siempre te veo sola, dónde vivís_
Ella guardo silencio, el pidió perdón, le dio la mano y se presentó,…me llamo Carlos Avengoechea, encantado de conocerte. Su mano era grande y más suave que la de ella.
_Me llamo Kumelen _
(…) Que nombre tan bonito, Kumelen.y de ¿dónde sos? (…)
De Formosa del Bermejo y no necesitás ser amable, sólo soy wichi
_¿Algo así como indios?._Si respondió Kumelen _
Bueno pues, tendrás cosas más importantes que acompañar a una india Wichi, tengo que seguir con mis tareas.
Oh, perfecto,… ¿en qué casa servís?
No hubo respuesta, ella salió corriendo y se perdió entre la gente.
Era en vano, todo era estúpido, volvería a su pueblo, sintió rabia, angustia ese blanco la había alterado, ya no tendría paz.
Continuará…
Nora Noemí Zeliz Pirillo
Noemí_Alas
Invitado- Invitado
Re: Kumelen de Bermejo
NOE: Muero por saber cómo sigue!!!!!
Me gustan las sagas, leer por capítulos...
me encanta!!!
Abrazo.
Me gustan las sagas, leer por capítulos...
me encanta!!!
Abrazo.
catita- Moderador
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Fecha de inscripción : 06/08/2012
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