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AMOR DE ESPOSAS
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AMOR DE ESPOSAS
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AMOR DE ESPOSA
Érase una vez, una mujer que lloraba todo el día la ausencia de su esposo.
Él, se había embarcado en un buque, a tierras lejanas para ejercer su oficio
de “Pastor”.
Al principio, él escribía a su esposa muy a menudo y todas sus palabras eran
hogueras de amor que la esposa guardaba con celo, saboreando cada palabra
como si cada una de ellas fuese el beso más deseado y tierno jamás dado por
su esposo.
Pasaba el tiempo y la mujer seguía llorando, ahora porque su amado esposo
ya no escribía con tanta frecuencia; la mujer se iba consumiendo en llantos y
en honda pena. Sí, era tanta su amargura que entristecía a sus hijos, amigos,
vecinos y también a la familia que no atinaban a consolarla. Su vida era una
constante queja: -¡Ay, pobre de mí! Mi esposo me ha abandonado, ¡Ay, ay, ay!
¿Qué será de mí? Mi esposo sólo me manda el dinero y ni una letra. ¿Por qué
será que no me pregunta cómo estoy, qué hago sin él, cómo me las
compongo para llegar a final de mes? La verdad, Dios mío, no entiendo su
comportamiento. ¿Qué he hecho mal?, ¿Se habrá enamorado de otra mujer?
-Entre tanto, los hijos que aún eran pequeños, pasaban hambre y
abandono. ¡Claro…!su madre sólo se ocupaba de llorar por la ausencia y
silencio de su esposo. Ella a su vez, también había descuidado su belleza la
limpieza, no se lavaba ni ponía toques de perfume, ni se pintaba sus carnosos
labios, ni lucía aquellos vestidos que a su esposo le encantaban que se
pusiese para ir de fiesta con los amigos.
Hacía tanto tiempo que no salía de casa, ya que su esposo no estaba y no
deseaba lucir su belleza, dada por Dios, a nadie que no fuese su marido.
Sí, toda ella era una queja continua, nada le satisfacía y nada quería que no
fuese el amor de su amado esposo. Eran tantas sus insatisfacciones que
perdió la oportunidad de sentirse feliz, ni tan siquiera por un bello detalle de
sus hijos, como darle un beso, una caricia tierna y desinteresada y lo mismo,
ocurría con los amigos y la familia. Era como ser una llaga en carne viva.
Un día…, el esposo le escribió una carta inesperada. Las manos le temblaban,
el corazón le latía con fuerza y llena de emoción, esperando que al leer la carta
tuviera buenas noticias, empezó por fin a leer la misiva.
-Estimada mía:
¿Cómo están mis hijos?, ya estarán muy creciditos en tres años que no estoy
en casa, me los imagino hombrecitos. Cuéntame cómo son, dime detalles que
me llenen el corazón, pues con tanto tiempo que no los puedo ver ni abrazar,
mi corazón late de ansias por conocer cómo son, más que por su talla, por su
alma.
Querida, espero que sean igual que su padre, para poder ejercer el oficio de
Pastor, que sepan anunciar al mundo entero, qué bello es el amor que Dios
nos da a conocer a través de su Palabra. ¡Ah me gustaría tanto que de
mayores fueran Predicadores de la Gracia!
Bien, querida, Como siempre te mando el dinero necesario para que no te falte
de nada. Cuéntame en tu próxima carta, todo cuanto ansío saber de mis hijos-
Tú esposo “El Pastor”
La esposa, quedó tremendamente sorprendida, no atinaba a comprender
cómo su esposo no le dijera nada de amor hacia ella, ni tan siquiera una
palabra o insinuación.
Se echó a llorar amargamente, con tal desespero que hubiera deseado morir
en ese mismo instante. Tan solo había duros reproches contra él. ¿Cómo era
posible que su esposo no le hablara de amor. De repente, vio a sus hijos que
llegaban de la escuela, hechos unos desarapados, se quedó asustada al
verlos tan descuidados y flacos.
Los vecinos, solían decir que los niños parecían ser hijos de los suburbios y
muchas veces se lo habían echado en cara, pero ella omitió toda crítica
, acusándolos de curiosos y chismosos.
Al verlos, sin mediar palabra con ellos, se secó las lágrimas disimulando su
tristeza y desesperación y con lentitud, como perdida por la casa se dirigió a
su dormitorio, para verse en el espejo, donde estaban todos los perfumes y
coloretes que usaba, cuando su esposo vivía en casa. Al verse reflejada su
cara demacrada, ojerosa y envejecida, se sintió avergonzada de aquel
desaliñado aspecto y en su alma se quedó en un profundo silencio, de tal
forma que pudo oír en su interior una voz dulce que le decía:
-¿Te extrañas de lo que te dice tu amado esposo en esa carta?
Pues mira…, tú no te mereces ser la esposa de un hombre cuyo oficio es ser
Pastor. No te has dejado conquistar por su amor, sino por el dinero que todos
los meses sin falta te mandaba y eso te ha hecho perder valor humano, ante
Dios, tus hijos y cuantos te han querido ayudar para que fueses la mujer que
antes fuiste.
Dejaste descuidada tu figura, quedándote gorda y fofa, y no sólo eso, también
abandonaste a tus hijos, sin darles el amor de una verdadera madre e hiciste
sufrir a propios y extraños que veían el transcurso de tu vida.
La esposa quedó en un profundo silencio, ese silencio del cual la dejó serena
para poder reflexionar unos instantes y reaccionar ante aquella voz suave que
la hacía ver la realidad de su vida y con paz le contestó a esa divina voz:
-No sé quién eres, pero creo que te conozco hace mucho tiempo, estabas en
mí y no me había dado cuenta. Te prometo que mi vida va a cambiar, seré la
mejor esposa y madre para mis hijos y esposo. Desde ahora, ya soy lo que
nunca supe ser.
No se hizo esperar el cambio de conducta de la esposa del Pastor, se volvió
toda ternura y poco a poco fue recuperando su belleza exterior e interior. Los
vecinos y familiares quedaron sorprendidos de aquel cambio tan espectacular
y una vecina, aseguró haber visto desde su casa, un gran resplandor a través
de la ventana de su alcoba.
Esa noche, la esposa tuvo un encuentro con Dios.
Él es el único que puede hacer, que de un acontecimiento en nuestra vida,
nos pueda hacer cambiar y ser realmente humanos.
Autor Sor.Cecilia Codina Masachs
CECILIA CODINA MASACHS- Moderador
- Mensajes : 8058
Fecha de inscripción : 17/08/2012
Edad : 73
Localización : Valencia-España
Re: AMOR DE ESPOSAS
Mi querida Sor CeciliaDejaste descuidada tu figura, quedándote gorda y fofa, y no sólo eso, tambiénabandonaste a tus hijos, sin darles el amor de una verdadera madre e hicistesufrir a propios y extraños que veían el transcurso de tu vida.La esposa quedó en un profundo silencio, ese silencio del cual la dejó serenapara poder reflexionar unos instantes y reaccionar ante aquella voz suave quela hacía ver la realidad de su vida y con paz le contestó a esa divina voz:-No sé quién eres, pero creo que te conozco hace mucho tiempo, estabas enmí y no me había dado cuenta. Te prometo que mi vida va a cambiar, seré lamejor esposa y madre para mis hijos y esposo. Desde ahora, ya soy lo quenunca supe ser.No se hizo esperar el cambio de conducta de la esposa del Pastor, se volviótoda ternura y poco a poco fue recuperando su belleza exterior e interior. Losvecinos y familiares quedaron sorprendidos de aquel cambio tan espectaculary una vecina, aseguró haber visto desde su casa, un gran resplandor a travésde la ventana de su alcoba.Esa noche, la esposa tuvo un encuentro con Dios.Él es el único que puede hacer, que de un acontecimiento en nuestra vida,nos pueda hacer cambiar y ser realmente humanos.
Pues por la dureza de un corazón empedernido se va acumulando castigos para el día del castigo, en el que Dios se manifestará como justo juez y pagará a cada uno según sus obras. A los que buscaron la gloria y el honor que no se acaban, y perseveraron en hacer el bien, les dará la vida eterna; a los que por egoísmo se rebelaron contra la verdad y cometieron injusticias, les dará un castigo terrible.
Todo aquél que haga el mal, tendrá tribulación y angustia; en cambio, todo aquél que haga el bien, el judío primeramente, pero también el no judío, tendrá gloria, honor y paz, porque en Dios no hay favoritismos.
Muy bueno lo que nos compartes. Besitos hasta tu corazón
Re: AMOR DE ESPOSAS
Gracias Amalia, la misericordia de Dios es muy distinta de la nuestra. Jesús en la cruz junto a los dos ladrones, a uno perdonó porque tuvo fe. Solo con un instante un hombre pasa de ser condenado a estar junto a Dios.El último pensamiento si va con arrepentimiento, Dios lo perdona, por más ruin que haya sido su vida.
Mil besos de rernura
Mil besos de rernura
CECILIA CODINA MASACHS- Moderador
- Mensajes : 8058
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